lunes, mayo 09, 2005

El tiempo pasa, los hijos crecen....

Hace unos días mencioné en mi conversación con mis hijos a Ogú.

- ¿Quién es Ogú?- preguntaron de inmediato.

Yo puse cara de "cómo es posible que no sepan" y les respondì:
- el amigo cavernícola de Mampato.

- ¿y quién es Mampato? - preguntaron con más fuerza

Y cuando les iba a responder, vinieron a mi mente las imágenes de mi niñez, cuando veía en casa de un amigo la colección de la revista Mampato, con su tapa de un sólo color y un círculo grande con una imagen de Mampato, Ogú y Rena.
Me ví con pantalones cortos tirado en el suelo leyendo las historias por capítulos, y luego buscaba frenéticamente el número siguiente de la serie para continuar leyendo la historieta.
Max el Explorador, Tunga, ¿Sabías que...?, El Rincón de Rena, Aquí Cantamos Todos, Máximo Chambónez, Nick O'bre ...

Y luego voy recordando las historias de Mampato y Ogú:
"La amenaza amarilla"
"Las mil y una noches"
"La Legión extranjera"
"El mundo submarino"
"En el siglo 40"
"En el Oeste"
"El cinto Espacio-temporal"
"El Olimpo"
"En la corte del Rey Arturo"

y repasaba mentalmente los cuadros de las historias, la expresión de los personajes, no faltaba la viñeta donde un personaje miraba a la "cámara", me pasaba largos minutos observando con detalle esas viñetas a toda página con decenas de personajes (memorables las peleas de Ogú y los vikingos)

- ¡¡¡¡¡¡PAAAPAAAAAAAAA!!!!!!!
el grito al unísono de las tres voces me trajo de vuelta al presente, allí estaban esperando la explicación de los personajes que me había hecho viajar en el tiempo (como el cinto espacio-temporal).

Los miré, y me dí cuenta que había llegado la hora de abrir mi tosoro.
Les dije solemnemente:
- Voy a PRESTARLES algo, y lo cuidan porque si encuentro alguna seña de maltrato, o un destrozo, lo guardaré y luego los podrán sacar sólo si los autorizo en mi testamento . ¿Está claro?

asintieron al mismo tiempo con sus cabezas mientras me miraban ansiosos.

Tomé mi llavero, me dirijí al cuarto de atrás de la casa, abrí el candado y entré mientras ellos me seguían espectantes.
Busqué entre las cajas hasta dar con la que buscaba. La tomé y salí del cuarto, volvimos a la sala, y me senté, y con la seriedad que amerita un momento especial como este les repetí:

- esto es mi bien más preciado, si me rompen alguna, lo pagarán con sus vidas.

Y luego les pasé un número a cada uno para que los leyeran, las tomaron y se dispersaron a leer las historias que antaño me hicieron pasar horas felices.
Escuchaba sus risas, sus comentarios, comentaban entre ellos, y se mostraban los que les había causado tanta risa...

Demás está decir que los tres siguen vivos, a pesar que algunas de mis revistas están sin tapas, les faltan pedacitos a las hojas, otras están manchadas y mojadas...
pero ya puedo mencionar a Ogú y Mampato y ellos me entienden a la perfección.

sábado, mayo 07, 2005

Lo importante y lo fútil

En Valparaíso está desarrollándose una historia bien descabellada.
La gata Luz, una minina que hacia lo que todos los gatos hacen cuando cazan una presa: jugaba con ella; claro que en este caso, la presa era un murciélago, y, aquí comienza lo descabellado de la historia, para su desdicha, el murciélago tenía rabia.

El servicio sanitario de Valparaíso decretó que la gata debía ser sacrificada por el riesgo que implica para las personas el que esté libre por ahí probablemente infectada con rabia.

Y aquí empieza lo bueno: la dueña del animal se negó a la muerte de su mascota, y la escondió (¿cómo hizo para esconder una gata, sabiendo lo escurridizos que son esos mininos?); y cuando se presentaron los encargados del sacrificio inquiriendo por el animal, la dueña dijo "no está".
Apeló a la justicia con lo que detuvo un tiempo la sentencia de muerte, pero el tribunal, falló en contra de la gata, por lo que debe ser sacrificada.

Independiente de mi pensamiento sobre los gatos, considero que hay cosas que debieran ser resueltas de otra manera. Conociendo personas que llevan años en los tribunales esperando ser escuchados, o esperando una resolución que les aliviane la carga de alguna manera, me resulta chocante que una gata tenga justicia antes que una persona.
Claro, en este caso el fallo le resulta desfavorable, pero el punto es que obtuvo que los tribunales le pusieran atención antes que a las personas.
Se invirtió tiempo, papeleo, abogados, jueces, secretarios, timbres, viajes de la dueña a los tribunales, faltó solamente el furgón-jaula para ir a buscar al felino y llevarlo a las audiencias.

En fin, me parece que esta felina prófuga de la justicia va a hacer gastar más recursos en buscarla y capturarla que en lo que habría costado ponerle una vacuna antirrábica (esto lo escribo en total ignorancia de si existe tal vacuna para los animales).

miércoles, mayo 04, 2005

Todo tiene un comienzo

Es difícil escribir algo cuando no se está preparado. No tenía planeado abrir un blog, de hecho no me interesaba. Pero hoy cambié de opinión.

Estoy algo cansado, dormí poco anoche, y tengo un día pesado por delante (que empezó hace tres horas).

Me estoy recuperando de una infección estomacal que me tuvo 5 días sin comer, y ahora tengo que subir de peso.